Mis fotos y comentarios en La Opinión de Murcia, en la sección #Vistolovisto. Esta semana con la colaboración de José Ignacio Gras, Rafael Sánchez, Antonio Sevilla, y Ángel Calvo. La compra. Como animales que somos protegemos nuestro territorio y nuestro clan, nuestra manada. Cuidamos del resto de miembros, tenemos sentido de la propiedad y recelamos de quien invade nuestro espacio. Pero sobre todas las cosas hay algo que nos jode que nos toquen: nuestra compra en la cinta transportadora de la caja. Un hijo… Vale. Nuestro coche… Vale. Nuestra pareja… Vale. Pero, ¿Mi compra? ¡Ni de coña! Raudos clavamos ese separador de plástico que evita ese enorme mal: que la compra de otro roce la nuestra. Claro que sí. Menos mal – Fotógrafo invitado: Rafa Sánchez.
Nuestra sociedad es estable y próspera porque existen invisibles actores que lo permiten. Ocultos tras esta dictadura de la apariencia. Y menos mal que existen, como los anónimos que extinguieron varios incendios en la región la pasada semana, o como los que tripulan ese barco de salvamento marítimo que rescata inmigrantes constantemente en nuestras costas, casi invisible tras la inmensidad del crucero de vacaciones.
La ‘perla gris’ – Fotógrafo invitado Antonio Sevilla
Si Cristóbal Colón levantara el pescuezo no imaginaría que para reclutar un equipo para alcanzar nuevas rutas comerciales tuviese que anunciarse en InfoJobs. Hoy los puertos ya no son ese sórdido mundo alrededor de muelles habitados por truhanes, buscavidas, y pícaros del hampa marinera. No huelen a ron ni a eco de acordeones. Hoy, el velero más grande del mundo pasa la ITV en Cartagena y nadie ha visto a Jack Sparrow ni a los hermanos Pinzón.
El boom
De pequeños hemos coqueteado con los cochecitos, las muñecas, puzzles, canicas, y demás. Cada uno con más o menos intensidad. Pero por lo que todos los que hemos disfrutado del Mar Menor hemos pasado es por estas herramientas. Tortuga, estrella de mar, y cangrejo de plástico, palas y rastrillos. Vaya pack. No es de extrañar que hayamos tenido en la costa ese boom de la construcción venido a menos, pasando los veranos edificando castillos que se desmoronan con mirarlos.
Hundidas – Fotógrafo invitado: Ángel Calvo
Pocas cosas tan inquietantes como barcas abandonadas bajo el agua. Sin saber por qué acabaron ahí, quién y por qué dejó de usarlas. Una barca deja de ser barca cuando deja de flotar. Y a veces el ser humano se siente así: que deja de serlo por estar hundido. Menos mal que hay gente como Ángel que ayuda al mundo a flotar de nuevo. Mi hijo lloriquea cuando entra a la ducha, y yo le digo como Ángel: “sólo es agua”. Y pierde el miedo. Aunque siga habiendo agua.
Las puestas de sol – Fotógrafo invitado: José Ignacio Gras
Lo que permite al ser humano disfrutar de una puesta de sol es tener la seguridad de que ese pedazo de astro que se esconde vuelve a salir al día siguiente sí o sí. No me extraña que todas las civilizaciones se hayan preocupado por tener bien atados los cálculos astronómicos y calendarios antes incluso de inventar algo para cagar sentados. Si no cómo íbamos a poder dormir tranquilos viendo cómo el mundo se torna en tinieblas cada día desde que nacemos hasta que morimos. Pues eso es un poco lo que nos mantiene vivos: la seguridad de que por muy jodida que se ponga la cosa, vuelve a salir el sol. Asimilado eso, la cerveza siempre sabe mejor.
La tablet
La sociedad actual parece tener obsesión por sustituir el papel por lo electrónico, por lo digital. Las pizarras, la documentación a registrar, los billetes de avión, la cita del médico, las entradas del cine, y así hasta el infinito. A quien no parece afectarle el cambio es al San Marcos de la Iglesia de Vistabella, que aparenta estar ensimismado leyendo tanto un libro como el evangelio en PDF en su iPad. Al fin y al cabo los mandamientos se grabaron en tablas, ¿Por qué no en tablets?

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