(Reportaje publicado originalmente en La Opinión de Murcia, el 9 de diciembre de 2018)

La Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia culmina hoy, con la interpretación del Mesías de Händel en Lorca, la primera de sus concentraciones de la temporada 2018/19

La gente cree que somos unos raros que sólo escuchamos música sinfónica. Yo creo que es al revés, que estamos más abiertos a escuchar otros tipos de música. Y si vamos a la discoteca cantamos reggaeton como si no hubiera un mañana”. Quien habla así es Alfonso Durán, trompeta de la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia (OJRM), un ceheginero de 24 años que forma, junto a 100 jóvenes más, entre titulares y suplentes, un proyecto musical ambicioso y sólido. Tras unos años de inactividad la OJRM retomó sus ensayos y conciertos el pasado año 2017. Hoy domingo interpretan el “Mesías” de Händel en la Colegiata de San Patricio de Lorca, a partir de las 19:00 horas, y con entrada libre.

Vamos a pasar con ellos un fin de semana de concentración que incluye ensayos y concierto, y le pedimos a cuatro de ellos sentarnos a charlar en los sofás del hall del Auditorio Regional Víctor Villegas de Murcia: Laura García, los mellizos Sergio y Alberto Arques, y Alfonso Durán. Al rato, como un reloj, llega el gerente de la OSRM, Alberto Garre, a la hora prevista de finalización de la entrevista. “Chicos, al ensayo”.

Son las siete de la tarde y a esa hora comienza un ensayo tutti (toda la orquesta), dirigida por Virginia Martínez, junto al coro colaborativo dirigido por Jorge Losana. Con la cámara en la mano les acompañamos al ensayo. Antes de entrar a la sala “Miguel Ángel Clares”, escuchamos de lejos unos bajos que provienen de la sala “Narciso Yepes”, y que no identificamos con Händel. Son las pruebas de sonido de Luz Casal. La OJRM pertenece a la Fundación Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, que preside la consejera de Cultura, Míriam Guardiola, y es inevitable evocar la relación entre los equipos deportivos profesionales y sus filiales para comprender la relación existente entre la OJRM y sus mayores, la OSRM. Ambas orquestas comparten espacio, el Auditorio Regional, pero la calculada planificación de sus equipos de producción consigue que en ocasiones parezcan convivir realidades espacio-temporales paralelas. La actividad del Auditorio es frenética. Congresos, conciertos, y ensayos que se producen de forma simultánea sin interferir entre ellos.

La mayoría de los miembros de la OJRM rondan los 20 años de edad y cursan estudios musicales superiores, incluso compaginados con grados como Derecho o Medicina. Desde el mismo momento en que comenzamos a conocer a estos chavales nos dimos cuenta de que no sólo había un talento musical, sino mucho esfuerzo y sacrificio, amén de otras capacidades intelectuales. Lamentan los cuatro que la mal llamada música clásica no ocupe en la sociedad el lugar que ellos creen que merece. “Es que no hay cultura musical, siempre se ha identificado la música sinfónica con un ambiente elitista, y para nada es así. Se tiene la imagen equivocada de que el espectador de música sinfónica es una persona especial, muy arreglada, de la élite, y no es así. Cuando traes a amigos jóvenes a ver un concierto salen alucinados”.

Alfonso ya cuenta con experiencia fuera de la OJRM, pues ha compartido escenario con los ‘mayores’ de la OSRM en muchas ocasiones “cuando el repertorio exige un número determinado de trompetas, y me han llamado”. Pero actualmente Alfonso vive pendiente de Bélgica, tras haber superado gran parte de las pruebas de acceso de la Orquesta Filarmónica de Lieja, y los estudios superiores de conservatorio, y un máster en trompeta. Hoy en día es también miembro de la “Gustav Mahler”, la Orquesta de Jóvenes europea, con sede en Viena. Sobre las prueba de acceso a la OJRM coinciden todos “fueron muy exigentes, muy duras, además de que imponían mucho respeto. No estábamos acostumbrados a hacer una prueba con un repertorio complejo, y con tres evaluadores”. El tribunal estaba formado por Virginia Martínez, directora artística de la OSRM y OJRM, Alberto Garre, gerente de la OSRM, y un profesor de cada especialidad. Quien así las define es la murciana Laura, uno de los rostros más alegres de toda la OJRM, que ya es decir. Violinista de 18 años, es una intérprete muy querida por sus compañeros y profesores. Estudia actualmente en el Real Conservatorio Superior de Madrid.

También hay tiempo entre ensayo y concierto para el amor, pues algunas parejas de novios han surgido de las concentraciones. “Es que es normal, es la edad”, comentan entre risas y cierto sonrojo, para después reflexionar, “nadie entiende que te pases ocho horas soplándole a una trompeta, al final es muy habitual que haya relaciones entre personas que cuentan con las mismas aficiones”. No sólo el amor, sino la amistad y la camaradería, nacen entre los acordes. “Somos una familia, porque pasamos mucho tiempo juntos en las concentraciones, no sólo los ensayos, sino la convivencia en el hotel, los viajes, etcétera”. La OJRM se concentra en cuatro periodos del año para preparar sus conciertos. Durante esas concentraciones, que duran varios días, reciben clases de profesores de distintos instrumentos. “Hay mucho rigor, mucha profesionalidad. Todo se hace de forma muy seria. Es una de las cosas que más llama la atención al entrar en la orquesta”.

 

 

Les preguntamos por sus compositores favoritos, como quien pregunta por Coldplay o Radiohead. Todos coincidieron en citar a Mahler y sus sinfonías pero no quieren elegir un periodo o creador concreto. Los hermanos cartageneros Arques, Sergio y Alberto, muy tímidos, son un raro ejemplo de mellizos interpretando el mismo instrumento, el violonchelo, y formando parte de la misma orquesta. Uno de ellos, Alberto, ha resultado vencedor este año de una de las categorías del concurso “Entre Cuerdas y Metales”, organizado por el Ayuntamiento de Cartagena y que es un referente en el ámbito musical tras 21 ediciones. Ambos estudian superior en el Conservatorio de Cartagena. 

Cartagena, Murcia, Cehegín… Jóvenes de distintas localidades reunidos en una orquesta regional y con una pasión común: la música sinfónica. Hoy disfrutaremos, casi 30 años después del último Mesías en la Colegiata de Lorca, de un nuevo concierto de esta OJRM, convencidos de que la Región de Murcia tiene, con ellos, una gran marca, y unos futuros profesionales que aportarán gran valor añadido a la Región. Comienza el Mesías, ¡A-le-lu-ya!

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