O_Partenon_de_Atenas Las noticias de los últimos días son muy preocupantes: la situación griega, además de sumir a sus ciudadanos en un profundo pozo del que es complicado salir, tiene efectos dañinos en la economía mundial. Para entender un poco mejor la situación, esta entrada del siempre didáctico Blog Salmón, lo explica bastante bien. Estos días surgen voces criticando el ‘populismo’ del irresponsable gobierno griego, y de su presidente Tsipras, que lejos de poder cumplir sus compromisos electorales, convoca un referéndum eximiéndose de la responsabilidad y cediendo al ‘pueblo’ la decisión de continuar con Guatemala, o con guatepeor. Si bien es cierto que es populista prometer aquello que no puedes cumplir (porque entre otras cosas la economía griega no es libre, sino que lleva años condicionada por la Troika), conviene rescatar el concepto de populismo y revisarlo para comprender que el gobierno griego, de este y de otros colores, lo lleva aplicando demasiado tiempo. Además de dar soluciones sencillas a problemas complejos, el populismo también es practicar políticas nocivas para una sociedad pero revestidas de atractivo maquillaje, haciendo creer que por el contrario, no sólo no hacen daño, sino que son positivas. También es populismo ‘regalar el oído’, decir aquello que el interlocutor quiere oír. Y aunque podamos acusar al actual gobierno griego de practicarlo y de haber llegado al poder haciendo propuestas ‘imposibles’ (no se puede mantener el gasto social y al tiempo hacer frente a la enorme deuda adquirida con el BCE y el FMI), también podemos ver qué hicieron gobiernos anteriores. Grecia desconocía en 2010 el total de funcionarios que tenía; Los griegos se jubilaban a los 61’9 años de media, 2’3 años por debajo de la media de la OCDE; Grecia organizó en pocos años unos JJOO y una Eurocopa que produjeron un incremento de un 4% en el déficit del país; Un país en que un 10% de sus habitantes reconocían haber sobornado para agilizar trámites, o donde la reventa de medicamentos mediante recetas falsas era habitual; y un largo etc. En definitiva, no sólo Syriza ha practicado el populismo, sino que gobiernos anteriores practicaron propuestas irrealizables acumulando deuda y empujando al país al abismo. Nada de lo que cuento aquí justifica que ‘los mercados’, ni los responsables económicos del ‘rescate’ a Grecia actúen en numerosas ocasiones como auténticos vampiros insensibles frente a gobiernos que representan personas de carne y hueso, desatendidos e indefensos, pero es importante señalar que en numerosas ocasiones las decisiones políticas populistas son consecuencias del voto irresponsable. No hay gobierno irresponsable sin votante irresponsable, y si lo hay, el castigo electoral debería ser ejemplar en las siguientes elecciones. Pero no hay que irse a Grecia para comprobar cómo en España se puso en marcha un cheque bebé no ajustado a nivel de renta, o cheques para libros escolares para todo tipo de familias (necesitadas o no), o bien se ha tratado de organizar unos JJOO en Madrid, o se mantienen Diputaciones Provinciales con el argumento de la cercanía, o casi 9000 ayuntamientos frente a las cifras más ajustadas y coherentes el resto de Europa en donde se produjeron procesos de fusión municipal, o los fuegos artificiales de cada fiesta popular española pese a las necesidades vitales de gran parte de la población. Todo esto también es populismo.

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