Grupos de teatro aficionado de la Región de Murcia se disponen a crear la Federación Regional de Grupos de Teatro Amateur.
“El escenario saca lo mejor y lo peor de cada uno”. Así define Jerónimo Iborra, profesor de Economía del IES Floridablanca de Murcia, su experiencia en el teatro como aficionado, una actividad que compagina con la docencia desde hace ya más de 30 años. “Es lo que más me gusta, me apasiona, pero reconozco que en ocasiones es duro, porque enfrentarte a un público es también enfrentarte a su crítica”. Jerónimo, de 47 años, comenzó a subirse a los escenarios a su paso por la universidad, de la mano del grupo El Cisne, y con los años ha colaborado en grupos como La Celda Azul, Teatro del Matadero, o el grupo universitario Julián Romea. Tiene palabras de reconocimiento para la labor pedagógica de Alquibla Teatro, compañía murciana que desde 1984 realiza de forma simultánea representaciones y formación para actores.
“Económicamente no ganamos nada, y costeamos nosotros mismos las producciones, escenografía, etc. Pero aun así compensa, porque nos produce una gran satisfacción”. Su último papel interpretado es Patxi, el personaje de un etarra, dentro de la obra “Los días humillados”, adaptación teatral a cargo de Pedro García Jiménez, de una novela del escritor, y también profesor murciano, Rubén Castillo. Completan el equipo Gerardo González, Pilar Montesinos y Santi Jiménez. Hace semanas la representaron en el Auditorio de Cabezo de Torres, y alguno de los actores debutaba en las tablas. “Recuerdo que somatizó durante la semana previa los nervios, pero es normal, nos impone a todos mucho subirnos al escenario”.
Jerónimo relata la dificultad de acceder a espacios, acuerdos con ayuntamientos, y gestiones necesarias para poder poner en marcha representaciones. “No es fácil, porque además los ayuntamientos cierran su planificación con mucha antelación, pero nosotros tratamos de presentar proyectos bien hechos y conseguir entrar en las programaciones. Nos ayudan bastante, por ejemplo en nuestra última representación en el Auditorio de Cabezo de Torres. También anteriormente en espacios como Yesqueros o La Nave”. Nos cuenta todo esto a camino entre la sala de profesores y la cantina de su centro, el IES Floridablanca, donde todos los compañeros conocen su gran afición al teatro, una actividad para la que el instituto destina recursos dentro de su interminable lista de actividades.
El teatro de mayores.
Paco Fernández Navarrete es un catedrático de francés jubilado y uno de los directores del Teatro del Matadero. “Somos el grupo más veterano de la Región, llevamos 41 años sobre el escenario, representando obras de distintos autores, y recibiendo premios no sólo regionales sino de ámbito nacional”. Dirige también el Grupo Julián Romea, de la Universidad de Murcia. Un viernes por la mañana le acompañamos a uno de los ensayos y tardamos pocos minutos en percibir la energía de Navarrete, así como cierta severidad con la que coordina a otros mayores como él que ensayan en el aula Concha Lavella de la Merced. Se sube y baja del escenario en infinidad de ocasiones, nervioso, corrigiendo entonaciones, posturas, gestos y todo aquello que observa mejorable. El grupo Julián Romea está formado por más de 25 personas y comenzó su andadura en el año 2008.
Terapia o entretenimiento
Para Navarrete la función del teatro en los mayores va más allá de la pura esencia escénica. Es un lugar de encuentro, de entretenimiento, de aprendizaje e incluso de terapia. Las circunstancias de los actores son muy diferentes pese a compartir un elemento común, la jubilación. Son casados, viudos, separados, con nietos, sin ellos, con experiencia teatral o sin ella, que encuentran en este grupo un vehículo para exprimir la vida con verdadera pasión. La labor burocrática también ocupa a Navarrete en su tarea de contribuir a crear la Federación de Grupos de Teatro Amateur de la Región de Murcia, inexistente hasta ahora, y que agrupará a compañías de toda la región. “Acaba de tener lugar su constitución. Necesitábamos tener una voz única ante instituciones y organismos. Las reuniones que hemos venido celebrando a lo largo de estas últimas semanas han dado sus frutos y pronto la presentaremos en sociedad.
Lo que aprendemos de personas como Jerónimo o Navarrete es que en ocasiones la diferencia entre una actividad profesional y otra amateur se reduce a cuestiones de ámbito económico o administrativo, pero todos ellos comparten su amor por la acción que desarrollan y, al subirse al escenario, frente a ese público “al que sientes, pero no ves”, como dice Jerónimo, todos ellos se sienten actores con mayúsculas