Fundacion Jesus Abandonado_Jose Moreno Espinosa

Tomo un café en la plaza del Romea con José Moreno, recién estrenado presidente de la Fundación Jesús Abandonado, para hablar de qué papel juega esta institución en la Región, y qué necesidades tiene de cara a poder cumplir su papel en nuestra sociedad.

Moreno, caravaqueño orgulloso de la ciudad de la Cruz, fue presidente de la Fundación Cajamurcia en los años en los que la sección cultural y social de las cajas manejaba grandes presupuestos en diferentes proyectos. Anteriormente había sido Jefe de Personal en Cajamurcia. Maestro y Licenciado en Derecho, actualmente dedica el tiempo libre que le permite su jubilación a su papel institucional como presidente del Patronato de la Fundación.

La Fundación Jesús Abandonado de Murcia, recuerda, tiene como misión “la atención de las personas en situación de exclusión social”. Es decir, “atender a los más pobres de los pobres”, así define Moreno la función de Jesús Abandonado. Explica que, a diferencia de otras organizaciones que ayudan a familias con dificultades a afrontar , por ejemplo, el pago de algunos recibos básicos o a poder llenar su despensa, en el caso de Jesús Abandonado se asiste al “cogollo” de ese ser humano que no tiene absolutamente nada material, pero que sigue manteniendo su “dignidad y derechos”. Moreno insiste varias veces a lo largo de nuestro encuentro en ese aspecto: “la dignidad de la persona está por encima de todas las circunstancias”. “No juzgamos qué circunstancias han llevado a una persona a tener que acudir a Jesús Abandonado. Puede que sea responsable, puede que no, pero sabemos una cosa, esa persona es portadora de valores eternos”.

Admite que la crisis ha acentuado el número de “usuarios, de personas en situación de necesidad”, y explica que una sociedad occidental, moderna, tiene la obligación de contar con mecanismos que ofrezcan auxilio a personas en las circunstancias en las que se encuentran los usuarios de la Fundación. “La pobreza es un círculo vicioso y nosotros ayudamos a las personas a salir de ahí. Lo dice nuestro lema: algo más que comer y dormir”. Moreno insiste especialmente en esa idea, y añade que es necesario que los usuarios puedan decir “mi casa”, de modo que sientan el apego hacia un lugar en el que pueden tener sus pertenencias, su vida, incluso la llave de su habitación en el caso de algunos usuarios con más tiempo en el Centro de Acogida de la carretera de Santa Catalina.

“No es un tema estadístico, si uno sólo recupera su vida, y sale del círculo de la pobreza, Jesús Abandonado habrá cumplido su labor”. Pese a esta visión idealista no esconde las dificultades de financiación, aunque destaca la solidaridad de la sociedad murciana y la colaboración de la Administración. “Nos respalda la Administración, negarlo sería injusto, y además la sociedad murciana acude en nuestra ayuda cada vez que lo necesitamos. Tocamos el tambor y vienen”.

Otra de las vías de financiación de la Fundación proviene de las donaciones de empresas privadas que en numerosos casos colaboran dentro de su acción de responsabilidad social. “Me parece legítimo que una empresa colabore y presuma de ello, está en su derecho. Que lo venda puede ayudar a que otras empresas también se animen a colaborar”. Entre las empresas que colaboran con Jesús Abandonado, Moreno cita algunas importantes firmas de alimentación y de exportación, entre otros sectores.

Jesús Abandonado también desarrolla su actividad gracias a la labor de los voluntarios, personas que dedican parte de su tiempo a colaborar con la institución en muy diversas tareas. “Tenemos personas que ayudan en el comedor, simplemente a servir la comida o recoger, costureras, ginecólogos, dentistas, psiquiatra, etc.”.

La Fundación cuenta con 148 plazas en el Centro de Acogida de corta y media estancia, 54 en el de larga estancia, y 30 en viviendas con apoyo más 26 en la pensión social que gestiona la institución. Además, actualmente el Comedor Social está sirviendo alrededor de 300 comidas y 300 cenas diarias, a los que hay que sumar los desayunos del Centro de Acogida.

Uno de los objetivos de la Fundación es que los usuarios pasen al siguiente nivel:  las viviendas con apoyo en las que éstos adquieren mayor independencia, y que junto a los programas de empleo se acerca al mercado laboral para la plena integración. “Queremos cruzarnos algún día por Trapería con personas que han dejado de ser usuarias nuestras y saludarnos”. Moreno pone especial hincapié en este aspecto social de la integración, y al término de nuestra conversación recuerda unas palabras de su padre que yo mismo tomaré desde hoy como un sabio consejo. “Mi padre me decía que había que hacer gimnasia física, gimnasia mental, y gimnasia social”.

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